martes, 29 de junio de 2010

El tango


El Tango,
apunte histórico

Por J. Alberto Mariñas

Es difícil escribir un apunte histórico sobre el tango, pero al mismo tiempo, es muy arduo eludirlo porque son muchos los que a través de estas páginas solicitan, aunque sólo sea, una ligera orientación que les ponga en la pista de este completo fenómeno cultural - baile, música, canción, poesía - que por una u otra razón atrae a tanta gente.
Aunque sobre el tango y sus figuras son muchas las cosas que se discuten y ponen en duda, es generalmente aceptado que el tango nace en Buenos Aires a finales del siglo XIX aunque algunos prefieren decir a modo conciliador, que nació a las orillas del Río de la Plata, con el fin de contentar a los uruguayos que reclaman una compaternidad del fenómeno.

En un hecho de origen popular como el tango y, por tanto, de nacimiento evolutivo resulta imposible apuntar una fecha de nacimiento. Sin embargo, lo cierto es que la mayoría de los estudiosos coinciden en dar por buena la década de 1880 como el punto de partida de lo que entonces no era más que una determinada manera de bailar la música. La sociedad donde nace el tango escuchaba y bailaba habaneras, polkas, mazurcas y algún vals, por lo que respecta a los blancos, mientras que los negros, un 25% de la población de Buenos Aires en el siglo XIX, se movían al ritmo del candombe, una forma de danza en la que la pareja no se enlazaba y bailaba de una manera más marcada por la percusión que por la melodía.

Musicalmente, el tango entronca en su genealogía con la habanera hispano-cubana y es por tanto hijo del trasiego mercantil entre los puertos de lengua española de La Habana (Cuba) y Buenos Aires (Argentina). Sin embargo, estos orígenes explican poco sobre su nacimiento. Inicialmente, el tango es interpretado por modestos grupos que cuentan sólo con violín, flauta y guitarra o incluso, en ausencia de ésta, el acompañamiento de un peine convertido en instrumento de viento con la mediación de un papel de fumar y un avezado soplador que marca el ritmo. El instrumento mítico, el bandoneón, no llega al tango hasta un par de décadas después de su nacimiento, en 1900 aproximadamente, y poco a poco sustituye a la flauta.

Inicialmente, el tango debió ser un modo de interpretar melodías ya existentes, modo sobre el que fueron creándose otras nuevas que en un inicio ni siquiera contaban con una trascripción musical, ya que a menudo sus intérpretes y creadores no sabían escribir o leer música. De hecho, con el correr de los años, algunos de los primeros tangos ya transcritos no van firmados por sus autores sino por avispados personajes que sí sabían escribir música y aprovecharon el vacío existente sobre la autoría de determinados tangos celebrados popularmente, para ponerlos a su nombre y ganar con ello unos pesos.

Danza Folklorica


El término "danza folclórica" a veces se aplica a determinadas danzas de importancia histórica en la cultura y la historia europea; normalmente se originó antes de siglo XXI. Para otras culturas los términos "la danza étnica" y/o "danza tradicional" a veces se usan, aunque este último puede abarcar también al de "danzas ceremoniales".
Hay una serie de bailes modernos, como el hip-hop, que evolucionan espontáneamente, pero el término "danza folklórica", por lo general, no es aplicado a ellos, ocupando su lugar los términos "danza de calle" o "danza vernacular". El término "danza folklórica" está reservada para las danzas que son en gran medida de tradición europea y se originó en los tiempos para la distinción entre los bailes de "gente corriente" y los bailes de la "alta sociedad".
Gran parte de los bailes modernos se originó a partir de bailes folklóricos.
Los términos "étnicos" y "tradicionales" se utilizan cuando es necesario hacer hincapié en las raíces culturales de la danza. En este sentido, casi todas las danzas son de origen étnico. Si algunas danzas, como la polca, cruzan fronteras étnicas e incluso cruzan la frontera entre el "folk" y "baile de salón", las diferencias étnicas son a menudo bastante considerables a mencionar, por ejemplo, la polca checa vs polca alemana.
No todos los grupos étnicos son bailes de la danza folklórica, por ejemplo, el origen de las danzas rituales no se consideran como bailes folclóricos. Las danzas rituales son generalmente denominados "bailes religiosos", a causa de su propósito.

lunes, 28 de junio de 2010

La Danza Moderna.


Historia: de la danza moderna podemos dividirla en tres periodos: el primero iniciado alrededor de 1900, el segundo en 1930 y el tercero al finalizar la II Guerra Mundial en 1945.

Primer periodo

Las tres primeras décadas de la danza moderna abarcan las carreras de las bailarinas estadounidenses Isadora Duncan y Ruth Saint Denis y de la bailarina alemana Mary Wigman, precedidas por una etapa de reacción de muchos bailarines contra el vacuo espectáculo de los ballets del siglo XIX.

Forma de danza escénica característica del siglo XX. El ballet moderno floreció principalmente, en aquellos países que carecían de una fuerte tradición balletística. Aunque la danza moderna es originaria de Europa, en 1930, Estados Unidos se convirtió en el centro para la experimentación de la danza. La mayor parte de las primeras piezas eran solos de gran sencillez pero muy efectistas, distintas a cualquier tipo de danza conocida, ya que en ese tiempo el baile estaba dominado por los últimos ballets del siglo XIX que se caracterizaban por los grandes elencos, por una gran variedad de piezas bailadas y por espectaculares efectos escénicos. Pero tampoco el ballet fue siempre tan monumental, y así como el ballet ha evolucionado a través de los siglos como una tradición cambiante, lo mismo ha hecho la danza moderna durante su corto periodo de existencia.

Características

La danza moderna, que se inició como una reacción contra el ballet clásico, se define quizás, con más facilidad, por lo que no es que por lo que es. Sin embargo, existen algunos rasgos comunes a todas las piezas de danzas modernas, enormemente variadas, creadas durante el siglo XX.

El coreógrafo-bailarín

En la danza moderna la tendencia general es que un mismo artista actúe como coreógrafo y como bailarín, y frecuentemente también como escenógrafo, iluminador y diseñador de vestuario. En contraste, durante los últimos 300 años del ballet, rara vez los coreógrafos han continuado bailando cuando estaban en la cima de su carrera profesional. A diferencia de los coreógrafos de ballet que cuentan con un lenguaje de pasos codificados, los bailarines modernos crean su propio lenguaje; y así, casi siempre consideran una práctica necesaria el coreografiar y bailar.

Creación de un lenguaje de danza

Como un lenguaje de danza implica elementos como la postura y el uso del peso del cuerpo y la índole de los movimientos (sinuosos, angulosos, etc.) —así como los movimientos específicos de la cabeza, torso, manos, brazos, piernas y pies— la mayoría de los creadores de danza moderna consideran esencial examinar su movimiento y desarrollar teorías sobre sus orígenes. Dentro de su estilo suelen hacer referencia a la dinámica física que rige los movimientos de la danza, como el papel que desempeña la ley de la gravedad, la respiración o la columna. Las teorías pueden referirse a tradiciones étnicas y a otras que no tengan que ver con el ballet.

Utilización del espacio

De acuerdo con el lenguaje convencional del ballet, los movimientos del bailarín están desarrollados partiendo de la orientación básica de situarse frente al público en la parte delantera del escenario. Al mismo tiempo, el intérprete mantiene una postura erguida y una posición abierta, esto es, las piernas giradas hacia fuera desde las caderas. Los bailarines modernos, en contraste, normalmente mantienen una orientación multidimensional en el espacio escénico. Sus acciones utilizan todas las dimensiones del espacio: a menudo los bailarines se colocan de lado o de espaldas al público, no siempre se mantienen erguidos y ejecutan algunos movimientos tendidos en el suelo o sentados. A pesar de la gran variedad de los estilos de la danza moderna, todos dan siempre gran relevancia al peso del cuerpo, mientras que en el ballet clásico el bailarín debe dar siempre la impresión de no encontrarse sujeto a la ley de la gravedad.

Relación con la música

Otra de las peculiaridades de la danza moderna es la relación del movimiento con la música. Es típico en el ballet tradicional que los impulsos y el acento del movimiento vayan paralelos al ritmo de la música. Este paralelismo puede encontrarse en la danza moderna, pero no siempre es así. Puede ser que la danza sea creada primero y la música después, subrayando los impulsos del movimiento, o incluso el clímax del movimiento puede ir en sentido inverso al ritmo de la música. Incluso puede no existir música y que lo único que se oiga sean los sonidos de los movimientos del bailarín en una atmósfera de silencio. (De hecho, esta relación independiente de la música y de la danza moderna ha influido en algunos ballets contemporáneos).